Los quince portavoces

El vice, o sea, el que manda ahora, ha echado a la calle a los quince portagritos para que insulten a la oposición; sacó el látigo, les atizó un poco y todos ellos, como locos se han lanzado por las esquinas a poner a pampedir a Rajoy y demás representantes del PP.

 Lo malo es que se les va la mano o se les escurre la boquita sin darse cuenta de lo que dicen.

Que al excesivo alcalde de Valladolid se le escapó que la Pajín le pone, allá él, sobre gustos no hay nada escrito; pero, nada, los portagritos siguen erre que erre cargando las tintas contra el edil aunque se haya disculpado en diversas ocasiones. Bueno, qué vamos a hacer; desde luego Dª Leyre no es Marilyn Monroe ni nada parecido, pero en vez de enfadarse debería estar agradecida porque alguien le diga "por ahí te pudras", digo yo y no me arrepiento. Después está o Pepiño, faltón con Rajoy y sin disculparse; pero, hombre, no mente usted la soga en casa del ahorcado; ¿Qué habla de plumeros usted mismo y teniendo al lado a su flamante ministro de industria? "Cree el maricón que todos son de su condición". El que se ha quedado mudo es el Zapatiesta; es que ni se le oye; yo creo que Rubalcaba le ha puesto un esparadrapo en la boca.

Una última cosa; ésta para usted, Sr. Pérez-Reverte: oiga muy bien con lo del Moratinos; ese sí que ha puesto morritos y no la Pajín. ¡Panda llorones! Porque la ex arruga favorita de Zapa también estuvo a punto de largar el moco. Y ya está, que me cansa mucho hablar de esta gente.