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Señor con sombrero, agradecido a la vida pese a todo lo que le ha tocado vivir. Otra vez solito en la vida ¡Viva Mercedes! ¡Viva Yo! ¡Viva Bimbo, mi fiel amigo! ¡Viva España!.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Nuestro amigo Alfredo

Nuestro amigo Alfredo Rodríguez Freyre, amigo de nuestra familia entera, contertulio permanente de nuestro padre, discutidor con él durante años acerca de la dinastía real que habría de reinar en España. Alfredo se hizo carlista leyendo a Valle Inclán, que es una buena manera de hacerse algo; se mercó una boina carlistona, con borla y todo y hacía la recogida de los huevos en su granja (Granja La Cruz del Portugés) con la boina puesta y después de saludar, con inclinación de cabeza, ante el retratos de sus reyes, Don Carlos Hugo de Borbón-Parma y Doña Irene de Holanda. Lo mismo que Bradomín adoraba la imagen bella de la reina Margarita de los carlistas decimonónicos, así adoraba Alfredo la belleza de Irene, la más hermosa de las princesas de donde la mantequilla.

Alfredo es un gran conversador; su tiempo de espera, entre puesta y puesta de sus muchísimas gallinas, lo empleó a diario en leer y charlar con sus más próximos amigos, entre los que tengo la suerte de haber estado. Cuenta con una buena cultura y una gracia muy peculiar. Se muere por una ironía sobre algo o alguien, lo que le ha acarreado, a veces, enfados muy molestos por parte de los satirizados. De cualquier manera, siempre resulta brillante.

Hubo un tiempo en que mi hermano pequeño se había echado una novia de Titulcia, llamada Bayona por la comarca, mi hermano mayor era militar y yo gastaba unos mostachones historiados y retorcidos; pues Alfredo decía que estábamos muy militarizados porque el mayor era capitán del Tercio, el de enmedio tenía bigotes de coronel del ejército de Su Graciosa Majestad Británica y el pequeño iba siempre con la "bayoneta", o sea, la de Bayona.

Un sábado o domingo, yo había quedado en ir a comer a mi casa de Chinchón con mis amigos Luis Carandell y Víctor Olazábal. Nos íbamos a devorar unas cuantas chuletitas de cordero a la brasa; naturalmente, invité también a nuestro amigo Alfredo pero no pudo venir a la comida porque tenía un compromiso anterior, sin embargo prometió venir a tomar café. Así fue, al terminar nosotros de comer, se presentó con una botella de Anis Seco Especial, que el gerente de la Alcoholera le regalaba. Ese licor tenía 74º o cosa así. Bien, tomamos el café con la copa de rigor y entre Alfredo y Víctor se acabaron la botella; Alfredo estaba acostumbrado y no tuvo consecuencias negativas pero Olazábal se la cogió de albañil comunista, hasta el punto de rodar un poco por la calle Grande. Visitamos la "Granja de la + del Portugués" y allí, en animada charla los cuatro, con el ruido de fondo del cacareo de las gallinas, Alfredo, en tono confidencial, le decía a Carandell: "Nosotros, los que vivimos de la pluma..."

Alfredo Rodríguez Freyre

Estas son unas pinceladas de quién y cómo es nuestro amigo Alfredo de La Cruz del Portugués. Otro día seguiremos hablando de él.

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