MINGOTE
Querido Antonio:
Anteayer, al atardecer lluvioso, fuí a despedirme de tí en los Jardines de Cecilio Rodríguez, en El Retiro, de donde tú eres Alcalde honorario. La tarde lloraba.
Fuí a saludar a tu mujer, Isabel, y a Carlos tu hijo y también a recordar cuando hace muchos años ya, por los sesenta del siglo pasado, te conocí gracias a Carlos Clarimón mi amigo y tuyo del alma. Carlos, otro caballero aragonés que bien podría confundirse contigo, trabajaba en el grupo Movierecord como director general de Movierecord Cine y yo era relaciones públicas allí, a las órdenes de Jaime Borrell, que me enseñó todo lo que sé de esa complicada labor.
Comimos los cuatro juntos en el comedor de Jo Linten y charlamos de lo divino y lo humano aunque la voz cantante la llevó Jaime, con su gracia proverbial. Entonces supe que Carlos y tú habíais colaborado en la revista "Chicas" - "porque de algo había que vivir" - la favorita de mi hermana Mari-Carmen.
Pasó tiempo y en tu noventa cumpleaños te hicimos un homenaje, los miembros de la Academia de Humor, en el que gran número de colegas tuyos te dedicaron viñetas y se expusieron en el Museo de Madrid. Allí te recordé nuestra común amistad con Carlos Clarimón.
Anteayer quise decirte adiós y rezar un Padrenuestro
en tu capilla ardiente, mas en mi cabeza revolotearon tus viñetas inolvidables, tu "Historia de la Gente" y solo pude sacar a mi boca una sonrisa añorante.
Hasta siempre, querido maestro, que Dios te bendiga por todo el bien que has hecho con tu obra ingente. Mi abrazo y mi inacabable admiración.
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