¡¡¡EUREKA!!!
¡Qué gustazo da cuando se encuentra algo que se creía perdido para siempre!
Hoy me acaba de pasar; hace más de un mes regalé a Mercedes una de esas tarjetillas con soportes de distintos tamaños para cámaras fotográficas, ordenadores y demás artilugios diábolicos que hoy en día usamos prácticamente a diario; casi al intente de recibirlo, se perdió por arte de birlibirloque; la típica cosa de volverse medio majareta buscando y rebuscando. Bueno, pues lo acabo de encontrar dentro de un paquete de folios, el que usa la mismita Mercedes. Se ve que no le ha hecho falta cargar su impresora. Es natural, utiliza siempre la mía que es mejor y gasta menos, aunque yo veo que mis papeles desaparecen a velocidad vertiginosa. Somos tres a tirar de la pobre máquina: mi menda o propietario titular de la misma, Mercedes de mi alma y de mi corazón y Carolina, la niña que vive con nosotros - o si no vive suele dormir aquí - aparece de vez en cuando y se saca doscientos currículums. En fin, lo importante es que la tarjetita de marras ha vuelto a la luz.
Hasta otra, amigos.
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