EL REY Y LA ZORRA
Este título que parece el de una fábula de Iriarte o Samaniego tiene su razón de ser: corresponde a dos temas de palpitante actualidad.
El Rey
¡Vaya ejemplo! Su Majestad ha pedido perdón por su viaje a Botsuana a la salida del hospital en el que le han implantado una prótesis de cadera. Un resbalón cualquiera da en la vida y me refiero al físico, culpable de la rotura ósea; porque todavía no comprendo el lío que han formado los republicanos de mierda a cuenta del viaje del Rey y la caza del puñetero elefante. Parece que en ese sitio hay que hacerse hueco para andar por la selva o sabana o lo que sea, de la cantidad de paquidermos que van sueltos por allá.
Pues resulta que Su Majestad ha sido invitado por un señor, Mohamed Eyad Kayali, mano derecha del príncipe Salman, de la Arabia Saudí, que es el que tiene la llave de los contratos públicos de ese país y don Juan Carlos I se ha dignado acudir a esa cita para facilitar a España, que es nuestro país, el de todos, necios de la izquierda, la contratación del proyecto de trenes de alta velocidad La Meca-Medina y vuelta y alguna otra cosilla, sin importancia, como el abaratamiento de los derivados de petróleo y cositas así. Pues nuestro Rey lo ha conseguido y por ello ha tenido que humillarse y pedir perdón a todos esos gilipollas que le han atacado con furor en estos días.
Y ahora yo le diría al imbécil numero dos del PSOE - el nº 1 ya se ha ido gracias a las urnas - ese tal Tomás nosequé, auténtico tonto de las trompetas, que abdique él y se vaya a su casa después de devolver la pasta gansa que ha mangado a Parla.
La Zorra
Mucho morro tiene la zorra esa de la Argentina. Morro de silicona y morro que se lo pisa, mangante o manganta, que se queda con lo de los demás. Y a esta tía marrana, más cursi que el arroz leche - con el retratito detrás de la otra cursilísima, Evita Duarte, antigua cortesana - le diría que cierre los piños de una vez y deje de maltratar a sus compatriotas con esa palabrería demagógica e insulsa.
Y ya no le dedico ni una frase más.