Transcribo a continuación mi último artículo en LA GOLONDRIZ, PUBLICACIÓN DIGITAL DE LA ACADEMIA DE HUMOR, de la que me honro en ser miembro, con perdón.
CABREADO A LA TERCERA POTENCIA
Sí, señores estoy triplemente cabreado, cabreado a la tercera, a la segunda y a la primera potencias del alma.
Sí señores, estoy cabreado a las tres potencias del alma, que son:
MEMORIA
ENTENDIMIENTO
VOLUNTAD
Me cabreó intensamente esa soplagaitez de la “MEMORIA histórica” que se inventó el soplagaitas número uno de la Nación. ¿Por qué no llamó a eso revancha histórica o, mejor, revancha histérica? Resulta que los españolitos habíamos olvidado nuestro peculiar ritual de darnos de pedradas cada cierto tiempo; habíamos conseguido soportarnos unos a otros, con nuestros defectos y nuestras manías y nuestras fobias. Sí, lo habíamos conseguido en la transición; la gente de nuestra generación puso toda carne en el asador, dijimos aquello de pelillos a la mar y llegamos a la paz verdadera, al olvido de las afrentas pasadas, al tú y yo somos iguales, lo mismito, o sea españoles de la misma raza y casi, sin casi, nos hablamos, nos dimos la mano, nos abrazamos. Pero ¡Joder! Llegó el tonto de las trompetas, sacó el cadáver del abuelito, lo puso encima de la mesa y “a por ellos”… Lo que quiere este memo es que nos liemos, una vez más, a guantazos los unos contra los otros. Es como para irse a Francia.
Me cabrea la falta de ENTENDIMIENTO del mocito leonés, Bambi, o como se llame, que ni lo quiero poner. Vamos a ver: si su partido ha perdido las elecciones y con ello el poder en unas cuantas autonomías y unos muchos ayuntamientos ¿Cómo sigue emperrado en que no se levanta del sillón presidencial, no convoca elecciones y pretende agotar la legislatura? Que no lo entiende, vaya, que aunque el Rubalcaba mire para otro lado desde su escaño, la mayoría de sus barones insistan en que no estaría mal que se fuera, él, el papá de las góticas, no entiende, no sabe, no contesta. Y así seguimos.
A éste lo que le falló y a mí me cabreó más aún, ha sido su abulia, su falta de VOLUNTAD para coger al toro por los cuernos y reconocer la crisis cuando aún podía atajarse. Pero no, al marido de doña Gorgoritos, no le dio la gana. “¡Qué crisis ni qué crisis, aquí no hay ná de ná! ¡Aquí lo que pasa es que el Aznar nos ha dejado en la ruina, que lo digo yo! La culpa de todo es de Aznar, de Franco, de Lerroux, de Primo de Rivera e incluso de Pi i Margall, de Salmerón y de Castelar; de todos menos de YO!"
¡ANDA YA!
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