¿Dónde estás PP?
Eso ¿dónde? Porque no hay quien te reconozca. ¿Tanto miedo le tienes a la izquierdona? Ahora que el psoe está medio roto tú quieres ocupar su lugar porque, está claro, te acojona la subida en las encuestas del podemos. ¿Y crees que así te vamos a votar los del centro-derecha católico? Pues, perdona, PP, pero estás muy equivocado. Lo malo es que nos has dejado sin sitio, tu papeleta se nos ha caído de la mano y sé de alguno que en su desorientación quiere votar a Ciudadanos o, incluso, a Falange. No es mi caso, yo me inclino al voto tan blanco como la novia de Prieto: "Blanca y radiante va la novia..." "Blanco y errante va mi voto..."
Así nos has dejado, con cara de gilipollas, porque te votamos creyendo que tú creías lo que nosotros: que la vida es un don que nos da Dios y que no podemos quitar a nuestro parecer o a nuestro gusto o a nuestro capricho. Que un feto es una vida que empieza, que tiene ganas de vivir porque en el vientre materno se está muy bien y muy calentito y que está deseando conocer a Mamá, luego, cuando nazca. Y que tiene derecho a que Mamá no le mate aunque se haya concebido de cualquier manera.
Pues no, PP, no se trata de que la Cristina le diga a Papá: "Papi ¿Me dejas abortar, que al Iñaki se le olvidaron los condones?" ¡NO! No es eso. Y pensar que estoy echando de menos a Gallardón...
Mira, PP, déjate de bailarle el agua a la siniestra y pórtate como debes: STO VIR! y afronta los problemas, con gallardía, de una vez.
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