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Señor con sombrero, agradecido a la vida pese a todo lo que le ha tocado vivir. Otra vez solito en la vida ¡Viva Mercedes! ¡Viva Yo! ¡Viva Bimbo, mi fiel amigo! ¡Viva España!.

jueves, 30 de mayo de 2013

De Aznar y otras cosas
 
Hoy me toca escribir sobre gilipolleces, majaderías y otras cosas tontas.
 
El expresidente del gobierno, José Mª Aznar, ha amenazado con volver a la primera  línea de política. ¡Dios nos pille confesados! Sí, porque si le dejan suelto es capaz de meternos en cualquier guerra, exista o no, en cuyo caso se la inventaría junto a otro tan tonto como él y como Bush, Jr. Esperemos que esto sea falsa alarma y sus fans se estén quietecitos, que estarán más guapos. En cualquier caso, el hombrecito ha metido la pata y cometido una intolerable falta de respeto al actual prsidente del gobierno, Mariano Rajoy, quien demuestra tener una paciencia mayúscula, o sea, que el santo Job, a su lado, era un nervioso atacado del baile de San Vito. Aznar ¿Por qué no te callas? - me gusta esa frase lapidaria de Su Majestad. Y a propósito de Aznar y del Rey, aún recuerdo aquella escena en un paseo por La Habana: mientras insólitamente el dictador cubano, Fidel, ofreció su trono a don Juan Carlos, "que lo tengo guardado para que se siente en él el rey de España", el hombrecillo del bigote se quitaba la chaqueta y la colgaba de su hombro como hacen los chavales de diecisiete años, sin ningún respeto hacia Su Majestad y los demás mandatarios. ¡Muy chulito, él! Este tío sigue creyéndose que es Franco. ¡Váyase, señor Aznar, a hacer puñetas o donde sea; pero váyase de aquí! 
 
La Unión Europea, que a veces parece tonta, decide ahora que las pensiones, o sea, la jubilación, se retrase aún más, con arreglo a la "esperanza de vida". Bueno, esto tiene varias lecturas. Los hay que quieren jubilar al personal más tarde y quienes creen que, como sigamos así, nos moriremos enseguida de inanición, antes hambruna. A mí me parece claro que las pensiones son intocables. Ya vamos bastante cuesta arriba para que nos la pongan más pina ( la cuesta). Ya está bien, mocitos; dejad en paz los cuatro euros que nos dáis a los abuelos, que los ganamos con mucho trabajo y esfuerzo y dadnos un vejez tranquila, sin sustos ni disgustos. ¿Por qué no jubiláis antes y procuráis trabajo a los jóvenes? Sería lo justo ¿No?.


 

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