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Señor con sombrero, agradecido a la vida pese a todo lo que le ha tocado vivir. Otra vez solito en la vida ¡Viva Mercedes! ¡Viva Yo! ¡Viva Bimbo, mi fiel amigo! ¡Viva España!.

sábado, 26 de febrero de 2011

CUANDO ME MUERA

Porque tengo que morir, cuando me muera
dejaré de ver las hojas caídas del otoño,
 dejaré de oler ¡Por Dios!
la primavera;
y dejaré de soñar, en sueño eterno,
mi sueño inverosímil, el mismo sueño.
Y no veré más el orto en Cádiz
ni tampoco el ocaso enrojeciendo el horizonte,
ni la plata brillante de la luna
ni la calma de plato de la mar inerte,
como estará mi cuerpo sin mi alma
¡Y sin verte, Mercedes!
¡Y sin verte!
Y no volveré a ver en El Retiro
los olorosos arcos de la Rosaleda;
ni bajaré a la Puerta de Alcalá;
y no veré los toros en Las Ventas.
No viajaré más en el Tren de la Fresa
y quizás olvide de Aranjuez los jardines.
No escucharé el gozo ni llanto de campanas
¡Y se apagará para mí el azul de los ojos
de mis hermanas!
Seré sordo a las toses tabaqueras de Marga.
Y me perderé, tal vez, en la Puerta de Bisagra
de la Toledo imperial, judía y mora,
la ciudad más hermosa de Castilla,
mozárabe, cantada en cien lenguas por poetas.
Estarán a mi lado mis hermanos,
diciendo una oración, besando mi cabeza.
No pasaré más tardes con mi nieta
ni tendré sus llamadas de sorpresa.
Y recibiré el beso de mis hijos
cuando el éspíritu se salga de este cuerpo
y de esta tierra.
No voy a pasear más por tu Plaza,
Chinchón de mis recuerdos, pueblo mío,
ni subiré por tus cuestas ni beberé tu vino
ni cabalgaré tus cerros ni tus eras.
Pero estaré aquí, todo cenizas,
hasta el fin de cuando Dios
lo quiera.

miércoles, 16 de febrero de 2011



 Fermín
Desde el sábado en que te volviste al desnacer, no dejo de pensar en los ratos que compartimos. Unas veces en tu aquel viejo dos caballos, camino de Chinchón o de vuelta de allí, con aquella curva que se le resistía. Aquel año que comíamos a diario, o  casi , en casa de mi madre. ¡Qué festines! No repitió plato en toda la temporada porque sabía que estábamos acostumbrados a comer en sitios de campanillas y se picó. Las partidas de mus, con Arturo y su padre, Antonio.

Una noche hubo un incendio en el piso bajo de la calle del Conde de Aranda y nos veíamos bajando los ciento y pico kilos de mi Padre, los cuatro pisos en su silla de ruedas. Todo se limitó a un siniestro nada más que regular en el armario de la anciana marquesa, cuya obsesión era su DNI y algo así como doscientas pesetas. En medio de aquella tragedia, nos reímos bastante y a mí me dió por echarle los tejos a la galleguiña que servía a la buena señora - ¡Ay, señoritu, qué cosas me dice! Y los bomberos, hachas en mano, dispuestos a no dejar piedra sobre piedra; tu intervención fue auténticamente providencial y los heróicos enfundaron la herramienta.

Hace un par de años o tres, Mercedes, mis cuñados y yo os visitamos en La Toja. De ese día es tu foto de arriba; te acababas de romper la pierna. Encantaste a Mª Jesús  y Rosalino, con tu charla y tu buen humor, a pesar de tu estado de quietud obligada.

 Tantos recuerdos, tantas cosas vividas, con y sin importancia. En estas últimas puches no te encontré bien; se lo comenté a mi doctora favorita y volvimos a Madrid un poco preocupados. Y el otro día, después de enviarme cuatro e-mails, te fuiste a jugar tu último campeonato de mus y, después, caiste al lado de Rosario y marchaste para siempre, que no en el recuerdo porque en eso estarás con nosotros de por nuestras vidas. 
Ya sé que me llamarás maricón, pero esta vez no te libras del beso que te mando, mais no na boca. Rezo por tí, mamalón.



sábado, 12 de febrero de 2011

FERMÍN CORROCHANO CASARES

Esta mañana, casi de repente, ha muerto Fermín Corrochano Casares, Arquitecto, Navegante. Un infarto le ha fulminado a traición, por la espalda, porque de frente no se hubiera atrevido la dama blanca (¿A que te habría gustado esto, Fermín?.

Tan sólo ayer, me enviaba un e-mail; casi a diario solía mandar alguno, lleno de chispa, siempre muy en su estilo galaico, con la ironía clásica en los de aquella tierra.

¡Qué faena nos has hecho! Irte así, sin avisar, sin despedirte, como si te hubieras embarcado a una singladura que no podías demorar. Así ha sido y así nos dejas, desorientados, estupefactos, desolados.

Y ahora, que no sé otra manera de hacerte llegar nuestro cariño, me haces llorar y juntar mis lágrimas con las de mis hijos. "¡Mi tío Fermín, qué disgusto! "- ha dicho Cuchi entre sollozos.

Descansa en paz, querido Fermín. Y échanos una mano, allá en tu eternidad, a los que aquí quedamos. Que Dios te bendiga y te acoja a su derecha.




miércoles, 2 de febrero de 2011

SIN TÍTULO
Confieso que no cumplo mis propósitos de escribir a diario en esta mi/vuestra página pero es que esto de la jubilación no te deja tiempo para nada. Desde los primeros meses de mi nuevo estado, que coincidieron con los del divorcio y otras zarandajas, no he parado aunque en aquellos días andaba pensando qué iba a ser de mi vida y cómo me la tenía que plantear. Eso sí, tranquilo bien lo estaba porque después de la tempestad viene siempre la calma.

¡Cómo están los tiempos! ¡Quién lo iba a decir! ¡Si mi padre levantara la cabeza! Si mi padre levantara la cabeza, se daba de baja en la suscripción de ABC. En portada y a pié de página, un anuncio que dice: Sexo es vida! Y luego pregunta ¿Problemas de Erección? Lo pone así con mayúscula; digo yo que si hay problemas de eso, será más o menos con minúscula. ¿O no? 

A lo que íbamos: un diario tan serio y conspicuo como ABC no debería insertar anuncios de esa índole porque rebajan la categoría de la publicación. No quiero que suene a justificación, que no la tiene, pero como todo se ha horterizado, la corriente ha llegado al ABC, desde el desembarco de ese Vocento, que le llaman. ¡Pobre ABC! ¡Si Papá levantara la cabeza! Me parece que me borro. ¡Ordinarios!
Hoy tengo almuerzo con unos cuantos compañeros de la publicidad. Hace mucho que no veo a ninguno de ellos y me hace mucha ilusión el reencuentro. Se comentará. Hasta el próximo articulillo.