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Señor con sombrero, agradecido a la vida pese a todo lo que le ha tocado vivir. Otra vez solito en la vida ¡Viva Mercedes! ¡Viva Yo! ¡Viva Bimbo, mi fiel amigo! ¡Viva España!.

jueves, 18 de junio de 2015

¿Y ahora qué?


Ya se acabó la campaña, se celebraron las elecciones; los resultados han dado un vuelco radical al panorama político español; aún cuando el Partido Popular ha obtenido una mayoría en casi todas las circunscripciones, esa mayoría no ha sido, en ningún caso, absoluta, ni mucho menos. El PSOE ha pasteleado a gusto para entrar en los gobiernos de las comunidades y ciudades, se ha aliado, con la extrema izquierda radical unas veces, con el PP en Madrid, para la gobernabilidad comunitaria y ha cogido cacho en muchos sitios, a pesar de haber sido derrotado escandalosamente.

Al PP se le han ido muchos votantes hacia Ciudadanos, cansados de ver que no cumple con sus promesas electorales. Se le reconoce el éxito en la política económica pero se le afea el haber echado marcha atrás en temas tan importantes como la ley del aborto. Ha cometido el gran error de presentar a Esperanza Aguirre, como candidata a la alcaldía de Madrid, después del numerito que había montado a los policías municipales. Eso ha olido a impulsos de venganza personal. Por otra parte, su campaña ha sido fea, insultona, faltona con los partidos rivales e incluso con personas del propio; tal fue el caso de ponerse chulita con Ana Botella, su supuesta antecesora y de Cristina Cifuentes, con la que compartía campaña. Espero y deseo que esta mujer desaparezca de la vida política y se quede en su casa sin ningún cargo ni en las administraciones públicas ni en el Partido Popular. Esta señora ya cansa.

La izquierda radical, populachera, va a desgobernar en el ayuntamiento de Madrid. Al frente, Manuela Carmena, estalinista clásica desde sus tiempos de estudiante de Derecho en la Universidad Complutense. De concejales unos cuantos elementos de ultraizquierda, con una idea de la democracia del estilo soviético. Ya se han vistos sus comentarios en las redes sociales: racistas, macabros y de instintos asesinos. Mi vecinito (puedo utilizar el diminutivo porque lo ví nacer a la par que la cuarta de mis hijos) Pablo Soto Bravo, quería que Ruiz Gallardón fuera guillotinado, ni más ni menos. De ahora en adelante lo llamaré Robespierre o Torquemada o ¿Por qué no? Stalin y como no sé si sabrá quienes eran éstos, le aconsejaré que se lo pregunte al que ha estado a punto de ser concejal de cultura o, en todo caso a la que le va a sustituir, llamando primero a su puerta, no se la vaya a encontrar en pelota picada, según sus costumbres.

Mucho tendrán que cambiar las cosas en los planteamientos del PP para las elecciones generales, si quieren comerse alguna rosca. Aunque también es verdad que si los populistas de podemos se siguen luciendo, es probable que desencanten también a estos sus votantes, que considero ocasionales. Ya veremos.