De Lasquetty
¡Pero, hombre, por Dios! Usted, señor consejero de sanidad de la Comunidad de Madrid, aunque sea de derechas, como Dios manda, que yo también ando por ahí, está obrando muy duro; o sea, por ello, es usted un consejero estreñido.
Usted, que debe pertenecer, también como yo y como Dios manda, a la clase media; está perjudicando muy seriamente a los de este sector social porque, para que lo sepa, a los ricos y a los riquísimos, es decir, a los multimillonarios, se les da una higa lo que hace usted porque tienen pasta de sobra para pagarse sus médicos, operaciones, medicinas e incluso comprarse consejeros particulares. Y el resto somos clase media, los profesionales de distintos niveles e incluso los obreros, que ya de pobres tienen lo mismo que yo o menos. Así que se está jodiendo usted a sí mismo para cuando deje el cargo, que para mí le va a durar poquito. De modo que además de estreñido es usted un consejero hermafrodita.
Y sepa que no pienso pagar un euro por receta y me moriré porque no tendré mis medicamentos de diabético y delicado del corazón. Usted tendrá la culpa, lo que le convierte en consejero asesino. Además, esta estupidez del euro se la ha copiado al gilipollas de su colega catalán, señor consejero plagiario. Así que se está usted luciendo.
¿Y quién se cree usted que es? Se ha permitido el lujazo asiático de dar plantón a los representantes del colectivo sanitario. Les dió una nueva cita, después de una entrevista previa, para tratar de llegar a algún acuerdo y usted no se presenta porque tenía la comida importantísima de Navidad ¿Sabe usted, consejerillo de sanidad, que los sanitarios son los médicos, ATS, celadores, etc., o sea, los que curan nuestras enfermedades, nos cuidan, nos ayudan a sobrevivir? ¿Y usted los ningunea? ¡Vamos!
¡Lo de gilipollas le viene grande! Váyase, señor Fernández-Lasquetty, váyase.